Una Copa del Mundo llena de historia

A pocos días de la 15 a Copa del Mundo FIH Femenina de Hockey España y Países Bajos 2022, es importante que recordemos y celebremos la herencia y la tradición detrás de este evento

La Copa del Mundo anterior, la Copa del Mundo Femenina de Hockey Vitality Londres 2018, fue anunciada como el mayor evento de hockey organizado por Londres, y aunque eso es indiscutible, ciertamente no es la primera vez que se lleva a cabo una versión de la Copa del Mundo Femenina en Inglaterra. Ese honor corresponde al torneo de la Federación Internacional de Asociaciones Femeninas de Hockey (IFWHA), celebrado en Folkestone, Kent, en 1953.

El torneo de la IFWHA de 1953 fue uno de los 12 eventos de la IFWHA organizados entre 1933 y 1983 y, en la edición más grande (1975), participaron un total de 22 equipos.

Sin embargo, a mediados de la década de 1970, la IFWHA y la FIH habían comenzado el proceso de creación de una federación conjunta de hockey, por lo que la primera Copa del Mundo Femenina FIH se llevó a cabo en 1974 en Mandelieu, Francia. En ese primer evento, fue Países Bajos quien se llevó el oro, la primera de ocho victorias en torneos posteriores. Esto significó que de 1975 a 1983 los eventos de la IFWHA y la FIH se desarrollaron uno al lado del otro, sin embargo, la única continuación real entre los dos eventos es el trofeo. En el evento IFWHA de 1975, que tuvo lugar en Escocia, el equipo ganador, Inglaterra, recibió un trofeo, conocido como Quaich, y fue presentado por el Royal Bank of Scotland.

El Quaich continuó presentándose en las Copas del Mundo posteriores organizadas por la FIH, cuando asumió la propiedad del evento y la estructura metálica original ahora se incorpora al trofeo que se diseñó recientemente para el evento de 2018. Desde que se convirtió en un evento oficial de la FIH, la Copa del Mundo Femenina generalmente se lleva a cabo el mismo año que el evento masculino. Desde 1974, ha habido dos ocasiones en que los eventos se han organizado juntos: Utrecht 1998 y La Haya 2014.

Algo de estadísticas de la Copa del Mundo

Durante sus 44 años de historia, 29 naciones diferentes han participado en un total de 571 partidos, anotando 1.906 goles. Eso promedia poco más de tres goles por partido. Junto con el netball, la Copa del Mundo femenina de hockey es una de las copas del mundo más antiguas para mujeres; el fútbol, ??por ejemplo, solo introdujo una copa del mundo en 1991.

Un equipo se destaca por encima del resto. Países Bajos ha ganado la Copa del Mundo la asombrosa cantidad de ocho veces, incluida la última edición. En ese tiempo, las neerlandesas han jugado 96 partidos y tiene una tasa de victorias del 77,78 por ciento.

Los rivales más cercanos de la Oranje son Argentina, Australia y Alemania (jugando como Alemania Occidental). Estos equipos han ganado el trofeo dos veces cada uno. El ganador más reciente, además de Países Bajos, es Argentina, que ganó la Copa del Mundo en 2010.

Tal vez como era de esperar, las jugadoras neerlandesas dominan las estadísticas individuales. La mayor cantidad de apariciones en la Copa del Mundo ve a Alex Danson de Inglaterra encabezar la lista con 26 partidos de la Copa del Mundo en su haber. Seis jugadoras tienen 21 apariciones en la Copa Mundial: Ellen Hoog, Kim Lammers, Maartje Paumen y Naomi van As de los Países Bajos y Carla Rebecchi y Rosario Luchetti de Argentina. La alemana Maike Stockel es la siguiente con 20 encuentros en su haber. Maartje Paumen es la máxima goleadora con diferencia, con 22 goles, pero ninguno en juego abierto (16 son de su temible penalti córner, seis son tiros de penalti stroke). Kim Lammers es la segunda máxima anotadora, con Krystal Forgesson de Nueva Zelanda, Kaori Chiba de Japón (todas de tiros de campo) y Luciana Aymar de Argentina, todas empatadas con nueve goles cada una.

Dos entrenadoras con medallas de oro en la Copa del Mundo dirigieron a sus equipos en Londres: Alyson Annan, la entonces entrenadora de los Países Bajos, ganó con las Hockeyroos en 1994 y 1998, mientras que Janneke Schopman, ahora con India pero anteriormente como entrenadora de EE.UU., ganó con Países Bajos en 2006.

Momentos icónicos en la historia de la Copa del Mundo

Las tres ediciones anteriores de la Copa del Mundo Femenina FIH han producido algunos momentos icónicos en nuestro deporte.

Aymar enciende la Copa del Mundo

La Copa del Mundo de 2010 en Rosario, Argentina, se trató de un equipo y, en particular, de una persona: Luciana Aymar. "No siempre es necesario tener a todos los mejores jugadores en un solo equipo para ganar", dijo la leyenda argentina, luego de que su equipo levantara la Copa del Mundo frente a miles de apasionados fanáticos de Las Leonas. “Pero cuando te pones la camiseta de Argentina, hay un corazón, una leyenda y una mística sobre jugar para Las Leonas, lo que significa que quieres ganarlo todo”. El deseo de Aymar de jugar por la 'camiseta' y levantar el trofeo frente a su afición la llevó a producir algunos momentos de pura magia a lo largo del torneo.

El evento lo tuvo todo: una atmósfera de carnaval, una multitud vibrante y ruidosa, la hospitalidad argentina y la emoción que se genera en el área local cuando la nación anfitriona lo está haciendo bien.

Argentina se enfrentó a Países Bajos en la final, animada por 12.000 aficionados expectantes. En tres minutos, Carla Rebecchi había abierto el marcador y un corner corto de Noel Barrionuevo amplió la ventaja de Argentina justo antes del medio tiempo, pero luego la propia superestrella neerlandesa, Maartje Paumen, disparó un corner corto para reducir a la mitad la ventaja del equipo local. La victoria se selló cuando Rebecchi anotó su segundo.

“Teníamos muchas ganas de este título. Las chicas ganaron todos sus partidos jugando con lucha, pasión y corazón”, dijo el entrenador de Argentina, Carlos Retegui, hablando en la televisión argentina después del partido. Fue un punto con el que coincidió su capitana, Aymar. “Esta no fue nuestra mejor actuación, pero nos arriesgamos y defendimos con determinación".

Hup, hup Holland

Y así hasta La Haya 2014. Allí la competición masculina y femenina se llevó a cabo simultáneamente. En línea con el impulso de la FIH para hacer que el deporte sea completamente neutral en cuanto al género, los partidos recibieron la misma cobertura de transmisión, ya fueran partidos masculinos o femeninos, y los recursos invertidos en ambos eventos también fueron iguales.

Las calles alrededor del estadio y en el corazón de la ciudad se engalanaron con el color nacional, el naranja. Hubo eventos de hockey en toda la región, con hockey de playa en Scheveningen, la Copa del Mundo de Masters se llevó a cabo en Róterdam junto con un evento de hockey para personas con discapacidad.

En el estadio, habitualmente sede del club de fútbol ADO Den Haag, todo el complejo se convirtió en la meca del hockey. La Fan Zone de los espectadores era un lugar de encuentro para los fanáticos del hockey y sus héroes. Los jugadores tenían que pasar por allí de camino a sus autobuses, por lo que hubo muchas oportunidades para que los jugadores, sus familias y los aficionados se mezclaran.

Había dos campos: el sitio Greenfields construido temporalmente, que acogió algunos de los partidos en las rondas iniciales de los dos eventos; y el estadio principal de Kyocera. El aforo del estadio principal era de 15.000 y, cuando se llenaba, el césped y las gradas se convertían en un caldero.

Países Bajos se enfrentó a Argentina en semifinales, una revancha de la final de 2010. Esta vez fue Argentina frente a una gran multitud vestida de naranja, y esta vez, con Luciana Aymar muy por debajo de la media, con un tendón de la corva muy lastimado, fueron las neerlnadesas quien hizo que la ventaja de jugar en casa contara.

Los goles de Xan de Waard, Maartje Paumen y dos goles de Kim Lammers acabaron con la amenaza de su antigua némesis.

Todo lo que se interpuso entre las Oranje y su séptima Copa del Mundo fue el oro y el verde de Australia. Las Hockeyroos habían disfrutado de un buen torneo, con sus dos especialistas en corner corto, Jodie Kenny y Anna Flanagan, que anotaron en ocho ocasiones,seis de ellas de Flanagan. Sin duda, Australia representaría una amenaza, pero cuando los Países Bajos salieron al cálido sol y una multitud de 15.000, en su mayoría aficionados holandeses, el resultado parecía inevitable.

Paumen marcó de stroke en el minuto 17 para llevar su propia cuenta a siete y la cuenta de su equipo a la impresionante cifra de 23 goles a favor y uno en contra. Kim Lammers selló el trato y la Oranje levantó el trofeo entre una cacofonía de gritos: 'Hup, Hup Holland'.

Los ojos irlandeses estaban sonriendo

La historia de la Copa del Mundo Femenina de 2018 tuvo que ver con la dominación neerlandesa y la historia de cuento de hadas del equipo de hockey femenino de Irlanda.

Mientras la Oranje avanzaba imperiosamente hacia el título, sin perder un partido en toda la competición, Irlanda estaba haciendo su propia historia. Nunca una medalla de plata se había celebrado con tanta pasión como la del equipo irlandés, que sorprendió a todos al llegar a la final.

El impulso de Irlanda comenzó con una sorpresiva victoria sobre EE. UU.; continuó en cuartos de final con una victoria por penales contra India; España fue el siguiente equipo en ser derrotado por la Green Army, lo que significó que Irlanda se enfrentaría a Países Bajos en la final.

El hecho de que el marcador fuera 6-0, una victoria récord en una final de la Copa del Mundo, no importó al ruidoso ejército de fanáticos irlandeses que habían comprado billetes de avión en el último minuto para llegar a Londres y animar al equipo. Irlanda llegó a la final en su primer intento y fue el tipo de cuento de hadas que hace de la Copa del Mundo un lugar tan especial en la historia del hockey, allí donde se construyen las leyendas.