Cataluña es un destino turístico destacado que ofrece múltiples atractivos: cultura, descanso, naturaleza, turismo familiar, deportivo, de negocios... Una gran capacidad de acogida y unos equipamientos excelentes la convierten en una de las primeras zonas turísticas de Europa, con unos 30 millones de turistas anuales, de los cuales más de la mitad son extranjeros (63%). Con una aportación de aproximadamente un 12% del PIB, el turismo es una de las principales fuentes de riqueza de Cataluña y, en consecuencia, se ha convertido en una de las prioridades estratégicas. 

Cataluña es un destino idóneo para multitud de viajeros por la variedad de su oferta. Mientras que los Pirineos son un lugar ideal para el turismo de nieve, el excursionismo y el turismo activo durante todo el año, el litoral catalán alterna altos acantilados con calas escondidas, largas playas de arena, espacios naturales protegidos junto al mar y numerosas posibilidades para la práctica de deportes acuáticos. 

En el interior, la amplia franja comprendida entre los Pirineos y el mar aglutina muchos atractivos, como iglesias y monasterios románicos, los parques naturales del Montseny, Montserrat y Sant Llorenç del Munt i l’Obac, además de ciudades con cascos antiguos convertidos en zonas peatonales donde descubrir el patrimonio monumental, los productos tradicionales y tiendas de moda y complementos.

En Cataluña siempre te quedará algo más por descubrir. Elige el paisaje a tu gusto: somos una región llena de contrastes naturales. Tienes mar y montaña. Puedes disfrutar de calas recónditas con aguas cristalinas, pasear por un valle verde bordeando un lago glacial o vivir la naturaleza en estado salvaje. Para preservar esta riqueza paisajística y los ecosistemas más del 30% del territorio está protegido. El resultado son 18 parques naturales repartidos por toda la geografía catalana con unas particularidades muy diferentes entre sí, tanto por la flora y la fauna como por la orografía y el clima. Encontrarás parques con más de 300 especies de aves diferentes y 1.400 especies y subespecies de plantas y helechos, submarinos o de alta montaña. Sí que comparten un rasgo. ¿Sabes cuál? La posibilidad de encontrar muchas propuestas para hacer en familia.

Mar y montaña

En los Pirineos de Cataluña el tiempo avanza más lento. Aún se conservan parte de la esencia rural, de épocas pasadas, en los pueblos y en el patrimonio artístico, que tiene en el románico la máxima expresión. La naturaleza mantiene muchos rincones prácticamente inexplorados, a los que solo es posible llegar haciendo una ruta senderista, atravesando bosques, ríos, prados alpinos o enfilando hacia alguno de los picos más altos de la geografía catalana.

A poco más de dos horas en coche encuentras el mar bañando las costas catalanas. Esto es un gran valor añadido a tu visita, porque la diversidad de paisajes que podrás ver es muy grande. El Mediterráneo, cuna de civilizaciones occidentales en la edad antigua, es uno de los lugares con mayor concentración de biodiversidad en el ámbito mundial, claramente definido por su color, fauna y temperatura.

En las tierras catalanas muestra una de sus facetas más camaleónicas para transformarse en minúsculas y encantadoras calas con barcas de pescadores, en kilométricas playas de arena fina o en playas urbanas capaces de satisfacer las ganas de sol de cualquier visitante. Porque en Cataluña el clima es tu aliado: la temperatura media es de 17 °C y se disfruta de más de 300 días de sol al año.

Tierra de genios

Estos paisajes han servido de inspiración a artistas universales que han contribuido a modelar la sensibilidad artística del siglo xx. Los genios creativos han hecho que el nombre de Cataluña traspase fronteras. Han vehiculado este viaje el mundo melancólico del primer Picasso, nacido en Málaga y formado en Barcelona, la luminosidad de Miró, el surrealismo de Dalí, la pintura de Tàpies y sus orígenes en el grupo Dau al Set. La cultura catalana ha conseguido unir tradición y raíces para dar como resultado obras que permanecen en la memoria y el tiempo, como la Sagrada Familia, del genial Antoni Gaudí. La arquitectura de Gaudí fascina por los elementos estructurales que crea, las sofisticadas técnicas constructivas o el uso de los materiales, la fantasía y la originalidad de los elementos decorativos.

Cataluña es un país milenario en el que puedes encontrar desde huellas de dinosaurio y rastros de la presencia del hombre de Neandertal hasta un rico patrimonio romano y numerosas villas y lugares que han conservado la atmosfera de la edad media. El estilo románico o gótico también ocupan un espacio en la diversidad cultural autóctona, al igual que el modernismo, que se convirtió en el estilo de las grandes obras civiles de la burguesía ilustrada que impulsaba la Revolución Industrial. Dejó huella, sobre todo en el campo de la arquitectura, con obras como la Casa Batlló, la Pedrera o el Palau de la Música.

Barcelona

La capital catalana es una de las ciudades más cosmopolitas del Mediterráneo. Acércate y saborea su personalidad única, que combina el diseño y el vanguardismo con la herencia de más de dos milenios de historia. Sean cuales sean tus intereses, Barcelona tiene algo para ofrecerte.

Urbanidad y ruralidad conviven juntas

Otras ciudades catalanas también brillan con luz propia, como Girona, Lleida o Tarragona. Lideran movimientos socioculturales interesantes, vanguardistas y punteros, pero que saben mirar a su pasado levantando castells, haciendo crecer árboles frutales, mimando los viñedos para producir los mejores vinos o dando forma y color a la cerámica.

La urbanidad convive con pequeños pueblos encantadores con plazas y arcadas que guardan el testimonio de miles de años de vida rural. Villas de diferentes dimensiones que reciben la inspiración de visitantes y ofrecen creatividad, innovación y un espíritu abierto basado en siglos y siglos de vida urbana. Así es Cataluña. Un contraste entre el entorno más rural y las calles más urbanas a pocos kilómetros de distancia.

La cocina catalana

Desde la época de los primeros asentamientos griegos y romanos, Cataluña ha sentido fascinación por la gastronomía. Está omnipresente en todos los rincones del país, ya sea en forma de productores, que son el primer eslabón de la cadena gastronómica, o de restaurantes. Ellos han encabezado la revolución de los fogones que se ha vivido en Cataluña en los últimos 25 años y que la ha convertido en un referente mundial. Cocineros como Ferran Adrià, Carme Ruscalleda o los hermanos Roca han situado nuestra cocina entre las más reputadas del mundo. Las 60 estrellas Michelin de 50 restaurantes catalanes reconocen la combinación de tradición, calidad, innovación y esfuerzo.

"La cocina catalana es el paisaje puesto en la cazuela", como decía el escritor Josep Pla. El mar y la montaña son dos ingredientes que también se mezclan en la cocina tradicional catalana en forma de diferentes productos. La despensa catalana es variada, deliciosa y de altísima calidad. Quesos, embutidos, vinos, cava, carnes, pescados, verduras... Productos que varían según la estación del año, productos de temporada que llenan los mercados de pueblos y ciudades.

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